Aunque el rótulo esta casi borrado en el cajetín de la persiana, lo que más llama la atención de este local, es que aún quedan en pie 3 carteles publicitarios, pintados y que nos cuentan lo que se ofrecía.
Según nos cuentan los vecinos, fue de los primeros bares en jugar a la quiniela, y por otro lado se realizaban peleas de gallos. Lo que es cierto, que el aprecio de los vecinos tenían por este bar, y eso se manifiesta en una placa que así lo recuerda en la vetusta fachada.
Como hemos dicho, antes de ser Casa Sota era más conocido como “La Callealtera” y las peleas de gallos eran habituales, por tanto las apuestas era algo conocido y practicado.
Fue en el año 1929, con el inicio de La Liga, cuando Manolo González Lavín, el mayor de los 3 hermanos que regentaban “La Callealtera”, planificó un método de apuesta combinada 1X2 a 5 partidos con su reglamento hecho a mano, denominado “Quiniela”. El beneficio era del 95% Pero no es hasta 1931 cuando queda documentado con un reglamento impreso y con boletos donde Hacienda se cobraba el 10%. En 1932 entró también el Ayuntamiento de Santander llevándose un 3%. El beneficio bajó al 80% porque otro 2% iba a beneficencia. Lo cual nos da ya pistas del impacto económico que se generaba en ese pequeño bar de Santander.
El éxito de estas apuestas, se trasladó más allá de Santander, gracias a los marineros que frecuentaban el bar y se extendió, cogiendo fama hasta el inicio de la Guerra Civil.
Tras el conflicto la gestión de este modelo de apuesta pasa a manos de la Orden San Juan de Dios en Vigo, en 1939 donde con esa metodología y comisión seguían haciendo las apuestas. Pero su éxito se replicó en multitud de negocios hosteleros. Eso hizo que posteriormente se trajese la gestión a Santander de nuevo, en el Hospital de Santa Clotilde (perteneciente a la Orden) y ya en 1946 con la creación de Patronato de apuestas Mutuas Deportivo Benéficas se integra la Quiniela en este sistema, lo que hizo, que su origen se le marque esta fecha con 7 partidos.
Varias investigaciones, documentos y publicaciones confirman de algún modo este inicio, que quedaría diluido a lo largo de los años, pero es algo que nos gustaría reivindicar como parte de nuestra Memoria Colectiva, y mientras esas tipografias sigan ahí, veremos el inicio de algo que hoy es universal. Desde un baruco de la Calle Alta, al mundo.
Para los futboleros: decir que dentro del patio del bar, era habitual ver entrenar al Racing de Santander en sus inicios.
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Actualizado 2019: La placa ya no está, y el cartel de publicidad de cerveza idem. Debajo ha aparecido parte de la rotulación de la fachada. Puedes verlo aquí.